La locura se desató en las calles de Nueva Italia. Con San Martín de Tucumán arriba en el marcador por el gol de Junior Arias, los fanáticos de Racing de Córdoba expresaron todo su descontento por el resultado y demoraron el desarrollo del partido. Entre el estruendo de las pirotecnias, los hinchas de la "academia" se subieron a los alambrados e insultaron a los jugadores. Sin embargo, el desazón no se quedaría ahí.
A la salida del estadio "Miguel Sancho", un grupo de periodistas tucumanos se encontró con el taxi que los trasladaba completamente destruido. El vehículo que estaba bajo la responsabilidad de Jorge Rodríguez, fue alcanzado por una piedra y hasta perdió la manija que fue sustraída por unos malvivientes.
"La policía nos dijo que acá dejemos el auto y detrás nuestro estaba el de un colega nuestro también estacionado. Los hinchas arrojaron piedras a las ventanas, no nos robaron nada, pero si nos destrozaron el auto", aseguró Rodríguez en diálogo con LA GACETA. "Le sacaron la manija a la puerta, me rompieron el espejo retrovisor del acompañante y hasta la patente. Nos hicieron un gran daño porque vinimos a trabajar. Todo esto es difícil, le dijimos a la policía y la única solución que te dan es que hagas la denuncia", se lamentó Rodríguez.
"Aquí tendría que haber estado la policía. Estamos a 20 metros del club. Vos fijate en los alrededores, que no hay un sólo policía. Si me dijeron que estacione acá, era porque ellos lo iban a cuidar. Estoy conmocionado con la situación. La pasamos realmente mal", aseguró el tucumano sobre la lamentable situación vivida en los alrededores del estadio de Racing.